Ayer en El País, el mismo periódico, publicaba en el suplemento dominical un reportaje de niños con cáncer y resulta que ahora no le tapan la cara a esos niños enfermos. Resumiendo, que la mayoría de las veces no hay un criterio objetivo, sino que para evitar problemas, pues por la calle de en medio, tapamos la cara y ya está y como además los fotógrafos que deberíamos defender nuestro trabajo, no lo hacemos, pues más fácil se lo ponemos.
Hay muchos ejemplos de este tipo y lo peor es que nos estamos acostumbrando a que mutilen nuestras fotos sin que ni siquiera nos consulten, ¿os imagináis que alguien tape la cara a las fotos de Robert Capa o de Cartier Bresson? ¿Por qué le tapan la cara a una mujer musulmana que pasea por la calle? Esto ocurrió hace solo unos días en el Málaga Hoy y además ocurrió lo mismo que en el caso anterior, en la versión para la Web, no le tapan la cara.
De los policías hablaremos otro día.
Pues muchas veces la falta de criterio se debe a la inexistencia de un Libro de Estilo que la publicación en concreto debe poseer y al que atenerse, pero como hoy lo de Libro de Estilo suena a chino y lo que se impone es la edición anárquica de según con el pie con que se levante el director o el redactor jefe de turno, se tapan o no las caras, o sólo los ojos, los ojos y las orejas, con pixelizado fragmentario, borroso o con tira negra a la antigua usanza, que en esto tampoco hay unificación de criterio (en un mismo periódico y en el ejemplar del mismo día he llegado a ver todas las maneras posibles de pixelizar una cara sin que en ninguna se repitiese la técnica de la página anterior, todo un alarde de técnica photoshopera). No quiero recordar pero me resulta imposible de borrar de mi memoria el día que en un periódico se decidió por parte del staff directivo borrar toda y cada una de las caras de los niños que en filas esperaban en el patio del colegio pasar a clase en la inauguración de un curso escolar... justificación? que eran menores y punto pelota. Por encontrar una remota explicación quiero pensar que en acto de fe visionaria el director adivinó en esa imagen una panda futuribles repetidores de curso, agresores de profesores y acosadores en potencia por lo que en favor de la protección del menor se curó en salud tapando todo rictus de alegría e ilusión de la cara del alumnado.
ResponderEliminarPor cierto, en el caso de la foto de la mujer musulmana que muestras... el mensaje subliminal también daría para otra entrada a discutir en el blog, me refiero a la sutileza de la papelera y la palabra impresa, lo que faltaba es que la señora ese día comprase el periódico e hiciese la lectura de entender que con esa foto se insta a que se la use y luego se le tire... que cuidado hay que tener con todo esto!!!
¿Y cómo leches quieren desde El País ayudar a esta pobre mujer si le están tapando la cara al hijo? ¿Cómo pretenden que se le reconozca? Parece claro que la madre no tiene inconveniente alguno en que se difunda la imagen del hijo por muy menor que sea ¿a cuento de qué se le oculta el rostro? Iluminados se ve que los hay a patadas.
ResponderEliminarClaro, es que parece que todavía no nos enteramos que pederastas, terroristas y maltratadores cuando quieren hacer daño tiran de periódico y no de internet, por eso se tapan caras en el papel y no en las webs.
ResponderEliminarjuas juas juas juas manda huevos!!! que pechá de lumbreras!!!!
ResponderEliminar¿Eso es todo lo que sabes decir?
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