Un respeto, por favor.

Si queremos pedir respeto, deberíamos empezar por respetarnos entre nosotros. No es posible que a estas alturas sigamos dando espectáculos tan lamentables como los ya habituales en esta ciudad de Málaga. Como puede ser que ya empiecen a preguntar los compañeros de otras ciudades, que es lo que ocurre en Málaga con los fotógrafos de prensa. Basta con ir a Sevilla, Córdoba, Granada o cualquier otra ciudad cercana, para que no solo, no se insulten ni se empujen entre ellos, sino que cuando ven que tu eres de fuera, intentan ayudarte si pueden.
Aquí, por desgracia, no hay manera de que podamos ponernos de acuerdo ni para hacer una foto de un grupo posando en la escalera del Ayuntamiento, pueden estar posado varios minutos y nunca tendremos bastante y nunca dejaremos a un compañero que se ponga delante unos segundos. Si te ha tocado detrás, que siempre te toca detrás, te fastidias, levantas la cámara sin mirar y ya está, la próxima vez será. Sí, son los mismos, siempre son los mismos, pero también somos los mismos los que lo consentimos. Y eso que los compañeros de las televisiones siempre se ponen detrás sin rechistar, que si un día deciden ellos empujar también, apaga y vámonos.
Hace poco que en una exposición con el presidente Griñán en Sevilla, andaba yo intentando separar el flash de la cámara para evitar reflejos en una vitrina, cuando en seguida salió un voluntario muy amable que me sujetó el flash mientras yo hacía la foto, a costa de no poder disparar él mientras tanto. ¿Os imagináis la misma escena en Málaga? Donde cada vez que viene un político de Madrid o Sevilla, andamos a gritos insultos, empujones y lo que es peor, estorbando el trabajo de los demás, pensando que si el compañero no puede hacer fotos, las tuyas son las mejores?.
Pues eso, que si ya la calle es difícil, no sería más agradable pelear solo con las circunstancias, duras ya de por sí, e intentar ser un poco más amables entre nosotros, después, a intentar hacer la mejor instantánea, la foto que mejor refleje la noticia, con nuestro sello personal, cada cual como sepa o pueda, pero respetando al compañero que hay al lado, aunque haga una foto mejor que la nuestra, y entonces, sí aprenderemos como se hace una buena foto, y no estorbando al prójimo.
Ah, una pregunta, ¿hace falta gritar y cagarse en tantas cosas, para hacer una foto? Es que mi hija quiere empezar a aprender y no sé que contarle.